No + ciberacoso
escolar
El 24 de enero de 2018, los
telediarios nos consternaban con la noticia del suicidio de una niña
estadounidense de 12 años que había sido acosada por otros dos menores a través
de mensajes de texto y las redes sociales. Sin embargo, ya no nos sorprenden
tanto estos sucesos, pues ya por 2013 pudimos leer en el periódico ABC cómo
otra adolescente de la misma edad que la anterior se suicidaba tras año y medio
de amenazas y desprecios vía Internet. Estaríamos cometiendo un error si
creyésemos que se trata de casos aislados y lejanos, pues según el informe “Yo a eso no juego” de Save the Children publicado en 2016, el 6,9 % de los
estudiantes entre 12 y 16 años se considera víctima de ciberacoso, lo que
extrapolado al conjunto del alumnado de esa edad supone aproximadamente 82000
menores afectados en España. Otro estudio más reciente realizado por la
Fundación ANAR en 2017 sugiere que el 24,7 % del total de casos de acoso
escolar se puede clasificar como ciberbullying, destacando además el hecho de
que dos terceras partes de las víctimas sean mujeres. Es evidente que algo está
fallando en la formación de nuestros jóvenes, pues muchos de ellos ni se
plantean las graves consecuencias que pueden provocar sus acciones. Enviar
whatsapps ofensivos, insultar a través de cualquier plataforma de comunicación,
compartir vídeos e imágenes comprometidas, difundir rumores o suplantar la
identidad de otra persona se han convertido en prácticas cotidianas. ¿Cómo
podemos frenar este terrible fenómeno cada vez más frecuente en nuestra
sociedad?
El término ciberbullying, acuñado por
primera vez por Belsey (2005) consiste
en el uso de las tecnologías de la información y comunicación para apoyar el
comportamiento deliberado, repetido y hostil de un individuo o de un grupo, con
el objetivo de dañar a otros. Otras definiciones posteriores (Cáceres, 2010;
García Casado, 2010, cit. en Pesantez y Quirola,
2012; Laplacette, Becher, Fernández, Gómez y Lanzillotti, 2011; Avilés,
2013) hacen mayor hincapié en el hecho de que esta intimidación cibernética sea
una forma de maltrato entre iguales que proviene del entorno escolar o social
de la víctima, pero con un claro desequilibrio de poder entre agresor y
agredido. En otras palabras, actualmente nos referimos al ciberbullying como un
tipo de acoso en red intencionado en el que únicamente están implicados menores
de edad y en el que el perjudicado se encuentra en una situación de indefensión
o desventaja. En los medios de comunicación, se
habla indistintamente de “acoso electrónico”, “e-acoso”, “acoso móvil”, “acoso
en línea”, “acoso en Internet”, “acoso digital”, “acoso virtual”, “network mobbing” o “ciberintimadación”
para hacer referencia al ciberbuylling.
Prados y Fernández
(2007) consideran que existen dos modalidades de ciberbullying: la que refuerza
el bullying ya emprendido, y la que se inicia a través de las TIC sin
antecedentes previos. Sin embargo, independientemente de la forma de acoso
digital, muchos autores están de acuerdo con Slonje y Smith (2008) en que
existen tres factores fundamentales que diferencian la ciberintimidación del
acoso escolar tradicional (bullying) y que lo hacen especialmente peligroso:
- El acoso en red puede cometerse a distancia y, particularmente, en casa de la víctima si ésta se encuentra conectada.
- Internet permite que las publicaciones ofensivas tengan mayor difusión y alcance. Además, suele implicar la participación de un mayor número de agresores.
- Los ciberacosadores pueden ampararse bajo el anonimato, lo que les puede causar una falsa sensación de impunidad que desorienta y desmoraliza a la víctima.
Con el objetivo
de ampliar mis conocimientos y recursos para hacer frente al acoso en línea, he
participado en el curso “Actúa frente al ciberbullying” que ofrece ScolarTIC,
una Comunidad Educativa online que ofrece ponencias, talleres, debates, charlas
y muchas otras iniciativas para docentes. Gracias a esta propuesta de formación
he podido conocer diferentes herramientas para la prevención, detección e
intervención en situaciones de ciberbullying.
La primera
tarea que he tenido que afrontar es la creación de una estrategia de
sensibilización en la que se desarrollen algunas acciones que puedan formar
parte de una campaña de prevención del ciberacoso. En esta ocasión he decidido
encuadrar mi propuesta en el día 5 de febrero, que es el Día Internacional de
Internet Seguro. Está destinada al alumnado de 1º de Bachillerato, teniendo en
cuenta la madurez necesaria para realizar con éxito las actividades que se
llevarán a cabo y los materiales seleccionados. Aquí tienes el resultado. ¡Pincha
en los símbolos + para ampliar la información!
La segunda tarea que debemos
realizar para completar la formación consiste en compartir algunos indicadores
que nos permitan detectar el ciberbullying. Para ello, me voy a basar en la
investigación realizada por Correa y Prieto (2015), en la que se identificaron
varios tipos de conductas dependiendo del rol adoptado en el caso de ciberacoso
(agresor, víctima o espectador). Centrándome en los ítems referentes al atacante,
éstos hacen referencia a la utilización de las redes sociales para intimidar,
amenazar, publicar defectos de otros, subir imágenes para ridiculizar o buscar
diferentes maneras de molestar. Es especialmente llamativo el hecho de que
algunos agresores consideren divertidas estas acciones e incluso se sientan
satisfechos llevándolas a cabo.
La fundación ANAR nos recuerda
que las características diferenciadoras de las víctimas (raza, religión,
cultura, aficiones, orientación sexual...) son uno de los principales motivos
por los que sufren e-acoso. Los docentes debemos estar atentos a los diferentes
indicadores que puedan darse en aula y contar con herramientas como las
tutorías individuales o grupales, sociogramas, entrevistas con las familias,
etc., pero informar sobre posibles situaciones de riesgo o realizar talleres
sobre buenas prácticas con las TIC no es suficiente. Como asegura Avilés
(2013), “la educación moral debe constituir el eje vertebrador de las
actuaciones preventivas y de intervención”. Puesto que no es un problema que atañe únicamente al uso de las nuevas tecnologías, propongo trabajar la
empatía, la conciencia social y la gestión de las emociones para tratar de
detener y combatir las situaciones de ciberbullying.
Referencias
Avilés Martínez, J. M.
(2013). Análisis psicosocial del ciberbullying: claves para una educación
moral. Papeles del psicólogo, 34(1).
Belsey, B. (2005). Cyberbullying: An emerging Threta to the always on
generation.
Ciberbullying, el efecto
mediador de las TICS en el acoso escolar. Mª Ángeles Cáceres. (2010) Temas para
la educación. Revista digital para profesionales de la enseñanza.
Correa, A. B., y Prieto,
B. L. A. (2015). Diseño y análisis psicométrico de un instrumento para detectar
presencia de ciberbullying en un contexto escolar. Psychology, Society &
Education, 7(2), 213-226.
Laplacette, J. A.,
Becher, C., Fernández, S., Gómez, L. A., Lanzillotti, A., y Lara, L. A.
(2011). Ciberbullying en la adolescencia: Análisis de un fenómeno tan virtual
como real. In III Congreso Internacional de Investigación y Práctica
Profesional en Psicología XVIII Jornadas de Investigación Séptimo Encuentro de
Investigadores en Psicología del MERCOSUR. Facultad de Psicología-Universidad de Buenos Aires.
Pesantez Paucar, K. V.,
y Quirola Carchi, L. M. (2012). Estudio de acoso escolar entre pares, con el
uso de la tecnología:(ciberbullying)
Prados, M. Á. H., y Fernández, I. M. S. (2007). Ciberbullying, un problema de acoso escolar. RIED.
Revista iberoamericana de educación a distancia, 10(1), 17-36.
Slonje, R., y Smith, P. K. (2008). Cyberbullying:
Another main type of bullying? Scandinavian journal of
psychology, 49(2), 147-154.
https://cnnespanol.cnn.com/video/cnnee-pkg-digital-original-estudiantes-acusados-ciberacoso-suicido-nina-12-anos/ (Visitado el 16/12/2018)
https://www.abc.es/sociedad/20131016/abci-detenidas-menor-ciberacoso-201310160947.html (Visitado el 17/12/2018)
https://www.savethechildren.es/sites/default/files/imce/docs/yo_a_eso_no_juego.pdf (Visitado el 17/12/2018)
https://www.anar.org/wp-content/uploads/2018/09/III-Estudio-sobre-acoso-escolar-y-ciberbullying-según-los-afectados.pdf (Visitado el 17/12/2018)
El ciberacoso de Amanda Todd: un caso
de sextorsión, cyberbullying y suicidio. https://www.youtube.com/watch?v=6yIhGau0qXg (Visitado el 18/12/2018)
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