lunes, 3 de septiembre de 2018

PRODUCTO FINAL DEL SPOOC "NAVEGA POR LA INFORMACIÓN"


BÚSQUEDA DE INFORMACIÓN: LA BRECHA DIGITAL EN ESPAÑA
El SPOOC (Self-Paced Open Online Course) "Navega por la información" del Instituto Nacional de Tecnologías Educativas y de Formación del Profesorado (INTEF) es una propuesta de formación en línea cuyo objetivo es proporcionar estrategias para buscar y filtrar la información de forma eficiente. 
En la actualidad, Internet sobrepasa fronteras y la implantación de las nuevas tecnologías digitales en nuestro día a día nos permite acceder de manera prácticamente inmediata a grandes cantidades de información. Sin embargo, es evidente que el acceso a la información es insuficiente si no podemos valorar su fiabilidad, su legitimidad o su relevancia. 
Los diversos motores de búsqueda, desde los más utilizados (Google, BaiduYahoo, Bing, Ask) hasta otros menos conocidos (Ecosia, DuckDuckGoAol Gigablast, Metacrawler…) tienen distintas características en cuanto a uso, licencia o tratamiento de datos, y además utilizan diferentes criterios para la indización de las páginas a través de sus rastreadores o arañas web. También disponemos de metabuscadores como Dogpile, que carecen de base de datos propia y usan las de otros motores de búsqueda. Recurrir a más de un buscador pero no tener una estrategia de búsqueda de información puede llevarnos a un ingente volumen de resultados que nos será difícil de analizar. 
En este SPOOC nos dan algunas pautas para encontrar más fácilmente la información que estamos buscando, y no otra. Configurar una clave de búsqueda ortográficamente correcta y con las palabras más importantes al inicio será fundamental para nuestro objetivo. Conviene recordar que la mayoría de los motores de búsqueda no tienen en cuenta algunos artículos, conjunciones o preposiciones de uso común (la, y, del, etc.) salvo que vayan precedidas por el signo + o estén entrecomilladas.
Centrándonos en Google y Bing, los dos buscadores más utilizados según El Economista, podemos establecer ciertas tácticas que nos servirán para ambos:
  • Eliminar palabras concretas de nuestros resultados. Para ello, colocamos el operador menos (-) colocado delante de la palabra o palabras que queramos excluir.
  • Búsqueda exacta. Si lo que se desea es encontrar páginas web que contengan una frase textual, solo es necesario escribir la frase entre comillas.
  • El asterisco (*) como comodín. Podemos utilizar un asterisco en el lugar de una palabra en nuestra clave de búsqueda cuando no sabemos qué palabra concreta utilizar o cuando nos sirva cualquiera. Si escribimos “películas más * de la historia” como clave de búsqueda, los resultados estarán relacionados con las películas más vistas, las películas más caras, las películas más premiadas, etc.
  • Especificar el tipo de archivo. Acotaremos los resultados a un tipo de archivo concreto (PDFs, documentos de Word, etc.) si al inicio de nuestra clave de búsqueda escribimos “filetype:” y a continuación añadimos la extensión del tipo de archivo. Por ejemplo, si estoy buscando una presentación en PowerPoint sobre los mamíferos, tendré que escribir como clave de búsqueda “filetype:ppt mamíferos”.
  • Restringir el tipo de dominio. En este caso, debemos utilizar el operador “site:” seguido del tipo de dominio (.es, .com, .org, .net, etc.) al que nos queramos limitar. Por ejemplo, si escribo como clave de búsqueda “site:.org ambiental” solo me aparecerán resultados de organizaciones no comerciales.
Tanto Google como Bing también nos permiten filtrar los resultados por imágenes, vídeos, noticias, etc. desde su barra de opciones. 
Finalmente, es aconsejable crear alertas en Google y subscribirse a nuestros sitios webs de referencia que dispongan de información actualizada de temas de nuestro interés. Para ello necesitamos un lector RSS, que nos da la opción de organizar la información por categorías y nos mantiene al corriente de las nuevas publicaciones. Algunos lectores RSS son Feedly, FlipboardFeedspot o Bloglovin´.
Si vuestra búsqueda requiere información científica y contrastada, podéis recurrir a repositorios como Google Académico, OpenAIRE, Dialnet, o The Free Library, que actúan como bibliotecas online ofreciendo acceso a múltiples artículos, libros y otras publicaciones con referencias reconocibles y fiables.
Para más ayuda, podéis consultar la siguiente Guía para docentes creada por Carla Maglione y Nicolás Varlotta.
El reto de este SPOOC es la creación de un mapa mental que recoja los principales operadores y recursos empleados para una búsqueda concreta. Para ello, he decidido que mi búsqueda sea una publicación científica en formato pdf sobre la brecha digital en España. Para la elaboración del mapa he recurrido a Xmind, una herramienta descargable en tu ordenador y que dispone de opciones muy útiles, como añadir hipervínculos, adjuntar imágenes y audios, ampliar la información con notas, etc. Además, se puede descargar en varios formatos (pdf, png, etc.). 

Este es mi mapa conceptual (pincha en la imagen para ampliarla):
La brecha digital se define como la separación que existe entre las personas (comunidades, estados, países…) que utilizan las tecnologías de la información y comunicación como una parte rutinaria de su vida diaria y aquéllas que no tienen acceso a las mismas y que, aunque las tengan, no saben cómo utilizarlas (Clafin, 2000).

Para Santoyo y Martínez (2003), la brecha digital se define en términos de desigualdad de posibilidades que existen para acceder a la información, al conocimiento y la educación mediante las TIC. 

El sistema educativo no puede mantenerse al margen de los adelantos tecnológicos que se dan en la sociedad actual, la denominada sociedad de la información (Castells, 2001). Los jóvenes de hoy tienen nuevas necesidades que dan lugar a un nuevo tipo de estudiante que, según Toro (2010) se caracteriza por: 
  • Preferir información digitalizada, por haber nacido y crecido en una sociedad mediada por las TIC.
  • Tomar datos de manera simultánea de diversas fuentes.
  • Estar comunicado permanentemente (por medio del chat, el celular, etc.).
  • Ser creativo y participativo, porque puede crear sus propios contenidos (en blogs, redes sociales, etc.).
  • Haberse desarrollado en un entorno altamente informatizado.
Esto requiere la obtención actualizada de información sobre la brecha digital en España y de cómo combatirla en las aulas, pues nuestro alumnado tiene diferentes posibilidades de acceso a las nuevas tecnologías y tienen diferentes grados de alfabetización digital. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística, (INE), de su Encuesta sobre Equipamiento y Uso de las TIC del año 2017, un 16,6 % de los hogares españoles no disponen de conexión a Internet. Y el hecho de que un 83,4 % de los hogares sí dispongan de conexión no es sinónimo de su utilización adecuada y de calidad. En este sentido me apoyaré en el magnífico mensaje de Lafuente y Genatios (2006): “El acceso a la información es necesario, pero no suficiente, si no se cuenta con las capacidades para identificar, producir, transformar, transmitir y utilizar esta información, convertirla en conocimiento, en función de aplicarlo para el desarrollo social y humano”.

Referencias bibliográficas
  • Castells, M. (1997). La era de la información: economía, sociedad y cultura. Vol. 2 el poder de la identidad.
  • Clafin, B. (2000). El abc y de la brecha digital. Diario Reforma, sección negocios, 15.
  • Lafuente, M., y Genatios, C. (2006). ¿Sociedad del Conocimiento o Sociedad de la Información? Comunicación: estudios venezolanos de comunicación, (133), 20-24.
  • Santoyo, A. S., y Martínez, E. M. (2003). La brecha digital: mitos y realidades. Uabc.
  • Toro Gómez, J. M. (2010). Las TIC y los nuevos modelos educativos. Revista Clave XXI. Reflexiones y experiencias en Educación, 1, 1-9.










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