martes, 18 de septiembre de 2018

UNIDAD 2 DEL SPOOC "ENTORNOS PERSONALES DE APRENDIZAJE"

INFOXICACIÓN

La segunda unidad del SPOOC (Self Paced Open Online Course) “Entornos personales de aprendizaje” tiene por objetivo la adquisición de las destrezas necesarias para optimizar las búsquedas en Internet, utilizar alguna herramienta de sindicación (lectores RSS) para disponer de información actualizada de nuestros temas de interés y aprovechar los marcadores sociales para clasificar nuestros recursos digitales. Todo esto enlaza perfectamente con lo visto en NavegaEnDigital, donde recojo también algunos consejos concretos para configurar nuestra clave de búsqueda.
Como primera tarea, este curso nos pide buscar dos artículos sobre la gestión de grandes cantidades de información y hacer una reflexión sobre el concepto de “information overload”. Para ello, he escogido dos publicaciones que ofrecen dos visiones distintas de las medidas que se pueden tomar para afrontar esta sobrecarga de información o infoxicación.
Es evidente que vivimos en un mundo globalizado respaldado por las TIC. En este sentido, Gómez (2014) señala que “la sobreexposición a los medios está generando, en muchos casos, más "infrainformación”. En su artículo, sin embargo, toma una actitud positiva ante la “hiperconectividad” y asegura que una comunicación plural y de calidad es posible siempre y cuando se adopten ciertas estrategias, tanto a nivel individual como a nivel político (para todos), que hagan que esto sea una realidad para cualquier ciudadano. Estas estrategias se centran sobre todo en ofrecer al público canales públicos de información que sean diversos e independientes.
Por otro lado, Quesada y Ruiz (2016) recomiendan profundizar en el concepto de infoxicación, pues parece que ésta puede repercutir en nuestra salud ocasionando patrones de angustia y ansiedad. Las búsquedas de información poco selectivas y de fuentes no fiables repercuten en nuestro día a día, ya sea a nivel laboral o a nivel personal. La llamada web 3.0 o web semántica surge como alternativa a la “obesidad informativa”, pues a través de algoritmos, bases de datos y aplicaciones interactivas permite aprovechar de forma eficiente los contenidos digitales y, en otras palabras, “dotará a las búsquedas de significado y de una personalidad adecuada a cada individuo”.
Aunque comparto la necesidad de utilizar programas y herramientas que organicen nuestras búsquedas y nos ayuden a recuperar la información de forma sencilla, en mi opinión la clave de una buena “dieta informativa” se basa en la selección de las fuentes. La fiabilidad de una fuente viene definida por su autoría (¿quién proporciona esa información?, su actualidad (¿en qué año fue publicada la información?), su filiación (¿quién ha financiado ese estudio, publicación, etc.?), su propósito (¿por qué sale a la luz esa información?) y su audiencia (¿a quién va dirigida esa información?). También debemos fijarnos en su relevancia (¿quién y cómo ha utilizado esa información?), en si es medible (si ofrece datos o, por el contrario, nos da opiniones) y en su rentabilidad (¿está disponible fácilmente o nos cuesta encontrarla?, ¿cuánto tiempo nos lleva encontrar la información concreta que buscamos en esa fuente?). 

Referencias
Gómez, J. I. A. (2014). Desde la infoxicación al derecho a la comunicación. Comunicar: Revista científica iberoamericana de comunicación y educación, (42), 7-8.
Quesada, V. T., y Ruiz, P. T. (2016). Infoxicación, Angustia, Ansiedad y Web Semántica. Razón y palabra, (92), 54-27. 



GESTIÓN DE LA INFORMACIÓN POR PARTE DEL ALUMNADO

Como segunda tarea, este curso nos plantea hacer una valoración sobre la competencia para la gestión de la información de nuestros estudiantes y qué debemos hacer los docentes para contribuir a su desarrollo. De nuevo, puedo hacer referencia a una de mis anteriores publicaciones, InfoEficaz, donde propongo un diseño sencillo de plan de gestión de archivos archivos (organización, almacenamiento y recuperación) a través de un vídeo de Powtoon muy fácilmente comprensible para el alumnado.
La Orden ECD/65/2015, de 21 de enero, por la que se describen las relaciones entre las competencias, los contenidos y los criterios de evaluación en educación primaria, secundaria y bachillerato, establece la competencia digital como una de las siete competencias clave que debe adquirir el alumnado para su incorporación a la vida adulta de manera satisfactoria. Esta normativa resalta que para el adecuado desarrollo de la competencia digital resulta necesario abordar la comprensión de cómo se localiza, se analiza, se interpreta y se gestiona la información. 
Para determinar la competencia para la gestión de la información (competencia informacional), Gairín (2007) nos propone atender a cuatro subcompetencias:
  • Utilizar información relevante. 
  • Transmitir y compartir información.
  • Reutilizar la información.
  • Crear nueva información.
Para ello, veo fundamental comprobar el uso de fuentes de información fiables (pidiendo que aparezcan reflejadas en los trabajos del alumnado), apreciar la participación activa y responsable en redes sociales y comunidades online, valorar la producción de contenido usando herramientas digitales.

Como docente, las dos estrategias que puedo recomendar para gestionar la información son la creación de alertas en Google y la subscripción a sitios webs de referencia a partir de lectores RSS como Feedly, FlipboardFeedspot o Bloglovin´. También me parece interesante el apoyo que ofrecen los marcadores sociales (bookmarking) como Pocket, Listly, Symbaloo, Digg o Reddit para guardar en base a categorías los enlaces en Internet que nos resulten especialmente interesantes y compartirlos con otros usuarios. 



Aquí os dejo un pequeño recurso que resume las buenas prácticas que nos ayudan a mejorar nuestra competencia informacional.

Referencias
Gairín, J. (2007). Competencias para la gestión del conocimiento y el aprendizaje. Cuadernos de pedagogía, 370, 24-27.

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