jueves, 1 de agosto de 2019

EL RETO EDUCATIVO DE LA INCORPORACIÓN TARDÍA

El objetivo de un buen docente debe ser que TODO el alumnado adquiera o amplíe sus capacidades, conocimientos, aptitudes y competencias, favoreciendo así su pleno desarrollo personal y profesional. Para conseguirlo, es imprescindible dar una respuesta educativa adaptada a las características, posibilidades y necesidades específicas de cada uno de nuestros alumnos y alumnas. Como dice la LOMCE en su preámbulo, “todos los estudiantes poseen talento, pero la naturaleza de este talento difiere entre ellos. En consecuencia, el sistema educativo debe contar con los mecanismos necesarios para reconocerlo y potenciarlo”. Sin embargo, no es una tarea sencilla, pues la diversidad inherente a la condición humana se manifiesta especialmente en el ámbito educativo, donde los comportamientos, los recursos o los intereses de los estudiantes se ven afectados por una infinidad de factores, ya sean de origen económico, social, religioso, familiar, cultural, etc. A todo ello debemos sumar el amplio abanico multicultural que caracteriza las aulas de hoy, causado por el fenómeno migratorio que se ha producido en los últimos años como consecuencia, principalmente, de la pobreza, la guerra y la globalización del mercado laboral.
Actualmente, desde la administración pública se están promoviendo algunas políticas que tratan de individualizar la enseñanza y personalizarla para compensar las desigualdades. De hecho, el artículo 9 del Real Decreto 1105/2014, de 26 de diciembre, por el que se establece el currículo básico de la Educación Secundaria Obligatoria y del Bachillerato, se centra en establecer las líneas generales de actuación ante la diversidad en estas etapas educativas:
                    Las adaptaciones del currículo.
                    La integración de materias en ámbitos.
                    Los agrupamientos flexibles.
                    El apoyo en grupos ordinarios.
                    Los desdoblamientos de grupos.
                    La oferta de materias específicas.
                    Los programas de tratamiento personalizado.
                    Los programas de mejora del aprendizaje y el rendimiento (PMAR).
A partir de ellas, las comunidades autónomas publican sus propias circulares con medidas más concretas dependiendo de la necesidad específica de apoyo educativo en la que se centren. No obstante, para asumir el reto de la atención a la diversidad no basta con políticas. Es necesario dotar a los centros escolares de los recursos necesarios para ello. También es indispensable una mayor formación del profesorado. En este sentido, es muy llamativo que en el Máster en formación del profesorado de Educación Secundaria que cursé hace 3 años tan solo se trabaje la inclusión y las medidas de atención a la diversidad en uno de los cuatro bloques de la asignatura denominada “Procesos y contextos educativos”. Parece evidente que el plan de estudios del máster cojea en diversidad y que, por tanto, debemos completar nuestra formación inicial con cursos específicos de formación permanente.  

Teniendo en cuenta el aumento creciente de la población inmigrante y que el tema de la inmigración ocupa números debates e informaciones en los medios de comunicación, decidí matricularme en un curso online denominado “Estrategias didácticas para la integración del alumnado inmigrante” ofrecido por la Facultad Padre Ossó. Dentro del colectivo del alumnado inmigrante existe la misma diversidad que podemos encontrar en el alumnado autóctono, pero en ocasiones es necesario desarrollar para ellos un programa específico de incorporación tardía, ya sea por desconocimiento de la lengua española o por desfases curriculares de importancia con respecto a sus coetáneos debido a escolarizaciones anteriores irregulares o nulas. Gracias a este curso he podido conocer en detalle tanto los procedimientos más habituales seguidos por los Centros escolares para que la incorporación de este alumnado a nuestro sistema educativo sea lo más natural y humano posible:
            La Tutoría de Acogida tiene como misión atender a las necesidades comunicativas que faciliten la integración de las familias y del alumnado en el sistema educativo y fomentar en el alumnado el respeto hacia otras culturas, creencias y sexo desde una metodología integradora por parte del profesorado. El tutor de acogida es el encargado de reunirse con las familias para informar sobre el Centro y su funcionamiento, así como para recopilar información sobre cada estudiante para elaborar, junto con Departamento de Orientación, un plan de trabajo individual que responda a sus necesidades concretas. Además, será un dinamizador de actividades interculturales para todo el alumnado.
              Las Aulas de Acogida y de Acceso al Currículo proporcionan un entorno de trabajo abierto y flexible que tiene dos objetivos primordiales: dotar al alumnado de incorporación tardía de las competencias lingüísticas en castellano necesarias para su una escolarización exitosa y reforzar las destrezas básicas de lectoescritura y razonamiento lógico-matemático en aquellos estudiantes que presentes carencias que les dificultan el acceso al currículo. Se organiza en tres niveles, propiciando que el alumnado perfeccione paulatinamente su castellano como lengua vehicular de aprendizaje de las materias curriculares y consolide técnicas de estudio, de trabajo individual y grupal, de comprensión y expresión oral y escrita, etc.
        El Aula de Inmersión Lingüística es una medida dirigida al alumnado de Educación Secundaria Obligatoria que presenta un desconocimiento pleno de la Lengua Castellana (nivel 0 de competencia en español) y plantea un procedimiento de admisión de “urgencia”. En ella, el alumnado realiza actividades de alfabetización en castellano que le permitan, en principio, un mínimo de interacción social con la comunidad educativa, es decir, que los contenidos están subordinados al objetivo de alcanzar, en el menor tiempo posible, una comprensión básica de los mensajes orales usuales de la vida cotidiana y escolar. La asistencia a estas aulas se concibe como una medida de carácter transitorio (no debería prorrogarse más de tres meses) y compartido (la estancia en el aula de adaptación se organizará de forma que suponga semanalmente en torno al 50% del horario escolar, mientras que el resto del tiempo el estudiante deberá permanecer integrado con los alumnos del centro de referencia en las distintas áreas y actividades).
         Flexibilización  del  periodo  de  escolarización  para  alumnado  con  incorporación tardía al sistema educativo consiste en su escolarización en uno o dos cursos inferiores al que le correspondería por edad, siempre y cuando dicha escolarización permita al alumno o alumna completar la etapa en los límites de edad establecidos con carácter general. Tiene como finalidad facilitar la integración escolar y la recuperación de su desfase curricular.
Además, este curso me ha dado estrategias para implementar directamente en mis clases de Física y Química, y que el esfuerzo dedicado por el Centro se vea también reafirmado en el día a día en el aula. Aquí van algunos ejemplos de medidas sencillas de adoptar:
                Dar la oportunidad de contar algunas historias sobre su país.
                Incorporar una contextualización cultural en las actividades a realizar.
                Colocar algún cartel con vocabulario de utilidad en su lengua materna.
                Utilizar biografías para comprender que la ciencia es universal y que los grandes científicos y científicas de la historia tienen procedencias muy diversas.
             Aprovechar contenidos del currículo para estudiarlos desde una perspectiva geográfica, como por ejemplo dando a conocer diferentes formas de extracción dependiendo de su localización o apreciando diferencias y similitudes entre las medidas de seguridad utilizas en los distintos países.
                Utilizar organizadores gráficos de la información con palabras clave y empleando imágenes con las que asociar conceptos fundamentales.
                Recurrir a las TIC para realizar actividades con distintos niveles de dificultad y que resulten atractivas para todo el alumnado.
               Favorecer un clima de integración en el aula fomentando los buenos valores que rigen la vida en sociedad: paz, igualdad, tolerancia, justicia, respeto, etc.
                  Realizar actividades en grupos heterogéneos.
                Utilizar estrategias de aprendizaje cooperativo.

jueves, 27 de junio de 2019



Según los últimos datos del Ministerio de Educación y Formación Profesional, la tasa de abandono educativo temprano en España es la segunda más elevada de la Unión Europea, con un 18,3 % de la población de entre 18 y 24 años que no ha completado la Educación Secundaria Obligatoria y no continúa con ningún tipo de formación. Aunque esta cifra es la menor que se registra desde el año 2008, cuando era de un escalofriante 38 %, el abandono prematuro de los estudios por una parte significativa de las nuevas generaciones sigue siendo un problema especialmente espinoso en nuestro país. Atajarlo no es fácil, pues los motivos que provocan esta desvinculación total con el sistema educativo son muy variados y concretos para cada persona. Sin embargo, diversos estudios (Martínez y Álvarez, 2005; Abril, Román Pérez, Cubillas y Moreno, 2008; Terigi, 2009) parecen coincidir en que el fracaso escolar, entendido éste como toda insuficiencia en los resultados alcanzados por el alumnado respecto de los objetivos propuestos para su nivel, edad y desarrollo, y que habitualmente se expresa a través de calificaciones escolares negativas (Pérez, 2009), está estrechamente vinculado con el abandono educativo temprano. El análisis llevado a cabo por Serrano, Soler, Hernández y Sabater (2013) confirma que la variable con mayor impacto sobre el abandono se relaciona con el propio desempeño educativo previo del alumno. En otras palabras, el rendimiento académico es el factor más determinante a la hora de decidir si continuar con los estudios o rendirse sin acabarlos.

En muchas ocasiones, el fracaso escolar se deriva del absentismo escolar, pues indudablemente el ritmo de aprendizaje de un alumno que falta reiteradas veces a clase o por periodos de tiempo prolongados se verá mermado. Hacer “novillos” de forma continuada hace que deje de ser una mera travesura infantil y pase a convertirse en un serio problema educativo que, de no solucionarse, puede traducirse a medio o largo plazo en un problema de exclusión social, dificultad para el empleo, marginación económica, delincuencia, etc. En el Informe de la Comisión Europea (2014) sobre lucha contra el abandono temprano de la educación y la formación en Europa se recoge que España es, de nuevo, uno de los países de la Unión Europea con peores cifras en cuanto a absentismo escolar. Esta circunstancia está confirmada por la investigación llevada a cabo en la Universidad Internacional de Valencia (Alfonso y Gabarda, 2015) que concluye que en nuestro país, casi tres de cada diez alumnos (el 28 %) faltan un día o más sin justificar sus ausencias, lo que supone prácticamente el doble que en los países que conforman la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos). Atendiendo a las causas por las que se produce el absentismo, éste puede clasificarse de la siguiente forma:

v  Absentismo por razones escolares:

§  Selectivo en algunas horas de clase, en asignaturas específicas o en época de exámenes.

§  Virtual o pasivo (aun estando en el centro, no se muestra interés por aprender, adoptando una actitud indiferente que puede resultar en aislamiento o conducta disruptiva).

§  Problemas de relación entre el alumnado-profesorado.

v  Absentismo por razones familiares:

§  Problemas de salud.

§  Problemas de relación familiar.

§  Actividad laboral itinerante de la familia.

§  Dificultades económicas para hacer frente a gastos escolares.

§  Inadecuada organización familiar. 

§  Asignación al alumno/a de diferentes obligaciones familiares.

§  Déficit de habilidades educativas por parte de los padres y madres.

§  Antecedentes de absentismo escolar en otros hermanos.

§  Falta de control o autoridad familiar.

v  Absentismo por razones sociales:

§  Existencia en el entorno de modelos desmotivadores para el estudio.

§  Participación en actividades lúdicas no concordantes con su edad.

§  Grupo de iguales con conductas de riesgo.

v  Absentismo por razones personales del estudiante:

§  Problemas de salud (física o mental).

§  Baja autoestima.

§  Déficit de habilidades sociales.

§  Trastornos de conducta o problemas de adaptación al medio escolar.

§  Victima de acoso escolar.

§  Carencia de competencias básicas para el aprendizaje.

§  Desfase curricular.

§  Falta de motivación hacia el estudio.

§  Problemas de adaptación a la escuela.

Una vez que hemos comprendido que el absentismo escolar tiene sus raíces tanto dentro como fuera de las instituciones educativas, tenemos la obligación de pasar de la conciencia a la acción. Se tienen que tomar medidas preventivas y correctivas para concienciar sobre el valor de la educación y su relevancia en la inserción laboral, detectar con eficacia los casos de absentismo y modificar la conducta absentista movilizando los recursos que sean necesarios para ello. Para ello es necesario coordinar las actuaciones llevadas a cabo por los centros educativos y por los gobiernos locales con el fin de aunar esfuerzos y garantizar que los menores acudan a la escuela en la etapa de escolarización obligatoria (de 6 a 16 años). Desde 2015, la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) viene convocando anualmente el Concurso de Buenas Prácticas Municipales en la Prevención y Atención del Absentismo y del Acoso Escolar con el objetivo de reconocer los mejores programas y difundir sus procedimientos. Aquí os dejo el último publicado.

Para finalizar, me gustaría compartir una reflexión sobre la tarea del docente en la lucha contra el absentismo, el fracaso y el abandono escolar. Creo que establecer un sistema de control de asistencias preciso, entrevistarse con los padres/madres/tutores, trabajar las técnicas de estudio y aprendizaje o utilizar diferentes estrategias y medios para atender la diversidad son prácticas positivas que tienen que ir siempre acompañadas de otras que construyan un clima de convivencia en el aula que promueva vínculos de afecto y respeto. No nos resignemos a impartir el currículo estandarizado de nuestra materia y cumplir con nuestra labor de forma superficial. Exijamos esfuerzo y, a su vez, reconozcamos los valores y habilidades individuales de cada uno de nuestros alumnos. Tengamos gestos y palabras que sirvan de apoyo a la autoestima de nuestros estudiantes y…¡no tiremos nunca la toalla!.


BIBLIOGRAFÍA

Abril Valdez, E., Román Pérez, R., Rodríguez, C., José, M., y Moreno Celaya, I. (2008). ¿Deserción o autoexclusión? Un análisis de las causas de abandono escolar en estudiantes de educación media superior en Sonora, México. Revista electrónica de investigación educativa, 10(1), 1-16.
Alfonso, M. E. y Gabarda, C. (2015). La inteligencia emocional: una herramienta clave para la motivación del estudiante y su rendimiento. Valencia: Universidad Internacional de Valencia
Comisión Europea (2014).  La lucha contra el abandono temprano de la educación y la formación en Europa: estrategias, políticas y medidas. Informe de Eurydice y Cedefop. Luxemburgo: Oficina de publicaciones de la Unión Europea.
Martínez González, R. A., y Álvarez Blanco, L. (2005). Fracaso y abandono escolar en Educación Secundaria Obligatoria: implicación de la familia y los centros escolares. Aula Abierta, 85.
Pérez, V. M. O. (2009). Diversos condicionantes del fracaso escolar en la educación secundaria. Revista iberoamericana de educación, 51(1), 67-85.
Serrano, L., Soler, A., Hernández, L., y Sabater, S. (2013). El abandono educativo temprano: análisis del caso español. Documento de Trabajo, Madrid: INEE, 290.
Terigi, F. (2009). El fracaso escolar desde la perspectiva psicoeducativa: hacia una reconceptualización situacional. Revista iberoamericana de educación, 50, 23-39.
Datos del Ministerio de Educación y Formación Profesional:
La reducción del abandono escolar prematuro en la UE:
Concurso de Buenas Prácticas Municipales en la Prevención y Atención del Absentismo:

jueves, 30 de mayo de 2019

UNIDAD 2 DEL MOOC "NEUROEDUCACIÓN: EMOCIÓN, MEMORIA Y APRENDIZAJE"


COMUNICACIÓN AFECTIVA Y LA CONFIRMACIÓN DEL PROFESOR

En la segunda unidad del MOOC “Neuroeducación: emoción, memoria y aprendizaje” nos centramos en el discurso docente y en los modos de interactuación con el alumnado. El objetivo de este módulo es establecer un conjunto de estrategias para la integración de un modelo de comunicación afectiva en el aula. Desde la perspectiva que nos ofrecen los últimos estudios neurocientíficos, es evidente que establecer un ambiente emocionalmente positivo optimiza el trabajo, pues como dice Schumann (1997),“el lado afectivo del aprendizaje es la interacción crítica entre cómo nos sentimos, actuamos y pensamos. No hay separación de mente y emociones. Las emociones, el pensamiento y el aprendizaje están todos vinculados”. Si pensamos en la práctica diaria, ¿qué puede hacer el profesorado para que en sus clases se reduzca el estrés al mínimo, se potencie el interés por la materia al máximo y se cree un lazo de compromiso por aprender que dure todo el curso?

La labor del docente no debe limitarse a clases magistrales, elaboración de materiales y toma de decisiones, si no que tiene que ampliar su tarea como facilitador del aprendizaje. Este nuevo enfoque conlleva un mayor grado de implicación en el modo en el que el profesor se comunica con sus estudiantes, pues “la educación involucra un proceso de múltiples flujos comunicativos” (Kaplún, 1998). Para que sea eficaz y significativa, la comunicación ha de ser afectiva, es decir, en el intercambio de información entre los individuos que participan en el proceso de enseñanza y aprendizaje deben primar los mensajes de valoración positiva. Se trata de conectar con el alumnado a través de un vínculo de confianza, respeto y aceptación. Seamos conscientes de que la selección de nuestras palabras y la organización de nuestro discurso juegan un papel importante en la configuración del autoconcepto de los estudiantes y su éxito académico. En relación con esto surge el concepto de confirmación del profesor, proceso por el cual los instructores se comunican con los estudiantes reconociéndolos como individuos valiosos y significativos (Ellis, 2000). Esto conlleva comportamientos tales como demostrar interés por el aprendizaje de los estudiantes, utilizar un estilo de enseñanza interactiva en el que se van variando técnicas que ayudan a la comprensión del material del curso o creer en sus posibilidades y confirmarles que pueden hacerlo bien. Este tipo de conductas no están restringidas a los mensajes orales, si no que deben ir acompañadas de un lenguaje no verbal que ratifique lo que se está diciendo. Los componentes de la comunicación no verbal son el paralenguaje (aspecto fónico de la voz), la proxémica (relación espacial) y la kinesia (postura, movimientos, gestos y apariencia). En la siguiente infografía ilustro con algunos consejos cómo lograr una comunicación afectiva en el aula:


Bibliografía

Ellis, K. (2000). Perceived teacher confirmation. The development and validation of an instrument and two studies of the relationship to cognitive and affective learning. Human Communication Research, 26(2), 264-291.

Kaplún, M. (1998). Procesos educativos y canales de comunicación.

Schumann, J. (1997). The Neurobiology of Affect in Language. Boston: Blackwell.


jueves, 25 de abril de 2019

UNIDAD 1 DEL MOOC "NEUROEDUCACIÓN: EMOCIÓN, MEMORIA Y APRENDIZAJE"


AFECTIVIDAD PARA LA EFECTIVIDAD

No es sólo cuestión de gustos. El docente de hoy tiene la obligación de enfrentarse al reto de emocionar, sea cual sea su asignatura, guste o no guste a su alumnado. Algunos lo llevan haciendo mucho tiempo, pues es de sobra conocido que curiosidad y conocimiento van de la mano. Sin embargo, lo difícil es llevarlo a la práctica. Recurrir a las nuevas metodologías o a las TIC cambia el entorno educativo y conlleva un trabajo por competencias que prepara a los estudiantes para los desafíos de su futuro. Pero innovar en el aula no siempre significa mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje. ¿De qué sirve el modelo de la clase invertida sin compromiso? ¿Te imaginas un grupo coloborativo de trabajo en el que nadie asuma su rol? ¿Es sensato emplear dinámicas del juego si se promueve más el afán por los premios que por el propio aprendizaje? En mi opinión, una enseñanza más efectiva solo es posible si va acompañada de la emoción por aprender.

Precisamente de esto es de lo que trata el nuevo MOOC del INTET, “Neuroeducación: emoción, memoria y aprendizaje”, cuyo objetivo principal es analizar qué factores nos ayudan a establecer un entorno de aprendizaje de mayor calidad a partir del trabajo emocional y afectivo. Despertar la motivación personal del alumnado no siempre ocurre, aunque se cuente con los mejores recursos y materiales. Son las emociones las que controlan la atención de los estudiantes, afectando a su ritmo de aprendizaje y, en consecuencia, a su rendimiento escolar.

Este curso nos invita a reflexionar sobre cómo generar un clima psicológico propicio para que el aula se convierta en un espacio que estimule el aprendizaje y descubrimiento.


Neurociencia, neuroeducación y emociones

La RAE define la neurociencia como “ciencia que se ocupa del sistema nervioso o de cada uno de sus diversos aspectos y funciones especializadas”. Por el contrario, para autores como Salas (2003) la neurociencia no puede ser considerada como una única ciencia, sino como la suma de diferentes disciplinas (fisiología, biología molecular, química, genética, etc.) que aporten un nuevo enfoque al estudio del cerebro y su relación con la conducta y el aprendizaje. La neuroeducación es la neurociencia aplicada a la práctica educativa. Aborda el estudio de los trastornos del aprendizaje, la relación cognitivo-emocional en los procesos de aprendizaje y el vínculo entre la temporalidad del desarrollo neural con la adquisición de conocimientos y habilidades (Pallarés, 2015). En lo referente al día a día en el aula, la neuroeducación pretende armonizar las metodologías de enseñanza de profesores con las técnicas de aprendizaje de los alumnos (Béjar, 2014).

Los docentes estamos ante un gran desafío profesional. Francisco Mora, doctor en Medicina y Neurociencias despacha, entre otras afirmaciones de similar calado, que “intentar enseñar sin conocer cómo funciona el cerebro pronto será como diseñar un guante sin nunca haber visto una mano”. Parece difícil que los profesores nos convirtamos de un día para otro en expertos entendidos en los procesos cerebrales internos. Sin embargo, podemos comenzar por asimilar que el ser humano es primeramente emocional y, seguidamente, racional. “No hay razón sin emoción”, y es por este motivo por el que debemos autoexigirnos la búsqueda de fórmulas que aviven el interés por lo que explicamos. Más aún, tenemos la obligación de reconocer las diferentes emociones que están experimentando nuestros estudiantes e incluir la empatía como base para su comprensión y manejo. Incorporar la afectividad puede hacer que consigamos una enseñanza más efectiva y significativa.

En el Diccionario de Neurociencia de Mora y Sanguinetti (2004) se define emoción como una “reacción conductual y subjetiva producida por una información proveniente del mundo externo o interno (memoria) del individuo”. A partir del sistema de codificación de acción facial de Paul Ekman (1981) se han identificado cinco expresiones universales de las emociones: la  tristeza, la alegría, la ira, el desagrado y la mezcla de miedo/sorpresa. Pero el aula es un entorno emocional en el que pueden darse muchas otras: ansiedad ante los exámenes, vergüenza a salir a la pizarra, orgullo en sus logros, envidia de un compañero, etc.

Para acabar con esta primera entrada sobre neuroeducación dejo planteado un juego realizado con Educaplay.
 


Referencias

Béjar, M. (2014). neuroeducación. Padres y Maestros/Journal of Parents and Teachers, (355), 49-53.

Ekman, P., & Oster, H. (1981). Expresiones faciales de la emoción. Estudios de psicología, 2(7), 115-144.

Mora Teruel, F., & Sanguinetti de la Torre, A. (2004). Diccionario de neurociencia. Madrid: Alianza Editorial, SA.

Pallarés Domínguez, D. (2015). Hacia una conceptualización dialógica de la neuroeducación. Ministerio de Educación.

Salas Silva, R. (2003). ¿La educación necesita realmente de la neurociencia?. Estudios pedagógicos (Valdivia), (29), 155-171.

https://www.youtube.com/watch?v=d2Fud46xFPQ


martes, 5 de marzo de 2019

TAREA 3 DE LA UNIDAD 2 DEL CURSO "ENSEÑANZA Y EVALUACIÓN DE LA COMPETENCIA MATEMÁTICA Y DE LA COMPETENCIA BÁSICA EN CIENCIA Y TECNOLOGÍA"


LAS HABILIDADES DEL ESTUDIANTE STEM

La tercera y última actividad de esta Unidad nos plantea la realización de una reflexión sobre cuáles de las cuatro áreas que se vinculan con la competencia STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas son más propicias para desarrollar en los escolares cada una de las 6 habilidades que, según Morrison (2006), caracterizan a un “alumno STEM”. Tras esta reflexión deberemos elaborar una propuesta de intervención educativa que persiga el desarrollo de las competencias STEM.

Morrison nos sugiere en su artículo “Attributes of STEM educación: the students, the academy, the classroom” que los estudiantes competentes es STEM deben ser solucionadores de problemas, innovadores, inventores, autosuficientes, pensadores lógicos y tecnológicamente cultos.


Para solucionar un problema hay que ser capaz de transformar una determinada dificultad en un reto posible a través de una secuencia de pasos. Esto conlleva un proceso cognitivo en el que es indispensable la aplicación de contenidos teóricos y procedimientos para alcanzar un resultado correcto. Tanto la modelización matemática como el método científico contribuyen especialmente al desarrollo de esta habilidad, ya que junto con la creatividad racional que te proporciona el pensamiento lógico, se trabajan estrategias de resolución genéricas pero adaptables a casos concretos.

Los estudiantes innovadores, inventores y tecnológicamente cultos reconocen las necesidades del mundo actual y, a través del planteamiento de preguntas y de nuevas investigaciones, obtienen datos que les permiten diseñar una solución. Es evidente que las áreas de Tecnología e Ingeniería son las más vinculadas a estas competencias pues, por su propia definición, ambas hacen referencia al aprovechamiento práctico de teorías y técnicas científicas, ya sea para la fabricación de instrumentos, la explotación de los recursos naturales o la propia actividad industrial. 


La autosuficiencia hace referencia al emprendimiento y la confianza en uno mismo. Crecer en autonomía y motivación exige trabajar la inteligencia emocional en el aula, lo que debe hacerse desde las cuatro áreas de conocimiento STEM a través de un clima en el aula responsable en el que se fomenten actitudes de participación, colaboración y de apreciación del esfuerzo de los demás, siempre haciendo prevalecer la crítica constructiva al reproche hiriente.

Finalmente, Morrison menciona que el alumnado competente en STEM logra relacionar su propia cultura e historia con su educación o, en otras palabras, contextualiza su aprendizaje teniendo en cuenta su propio bagaje y el de la sociedad. Además, promueve y defiende la educación STEM en su entorno, pues es conocedor de la relación que existe entre las competencias STEM y las habilidades laborales actuales y futuras.

PROYECTO STEM: REACCIÓN EN CADENA CON ESTRUCTURAS Y MECANISMOS
Buscando diferentes actividades STEM para secundaria, he encontrado un trabajo fin de máster realizado por Marta Pelejero de Juan en la que presenta una buena propuesta STEM para trabajar desde la asignatura de Tecnología de 2º de ESO, y que además puede resultar interesante adaptar para otras materias, como Física y Química o Matemáticas. A continuación planteo un resumen de la misma con algunas modificaciones para cumplir con los propósitos de la tarea del curso:

Referencias
Morrison, J. S. (2006). Attributes of STEM education: The students, the academy, the classroom. TIES STEM Education Monograph Series.
Pelejero-de-Juan, M. (2018). Educación STEM, ABP y aprendizaje cooperativo en Tecnología en 2º ESO (Master's thesis).

jueves, 14 de febrero de 2019

COMPRENDIENDO EL TDAH


Como explico en una de mis anteriores publicaciones, los estudiantes que presentan un Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad (TDAH) son una parte significativa del alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo (ACNEAE), es decir, aquel alumnado que requiera una atención educativa diferente a la ordinaria. El docente es un agente principal en la detección del TDAH, y suele ser quien da la primera voz de alerta. Los niños y adolescentes pasan muchas horas en el colegio y eso hace que los profesores estén en una posición privilegiada para observar el comportamiento de los alumnos, así como para poder comparar la conducta y el funcionamiento cognitivo entre niños de la misma edad y avisar en caso de que exista algún indicio del problema. Sin embargo, la detección no debe ser nuestra meta. Conocer el síndrome y entender sus síntomas tiene que conducirnos hacia las posibles actuaciones que se pueden tomar en el aula para mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje con este tipo de alumnado y mejorar tanto su rendimiento escolar como su autoestima.

El TDAH es un trastorno causado por una alteración neurológica (American Psychiatric Association, 2000) que afecta fundamentalmente al desarrollo de las funciones localizadas en el lóbulo frontal y, de forma más concreta, al córtex prefrontal. Estas funciones se denominan funciones ejecutivas, y son aquellas que nos permiten seleccionar un objetivo y realizar las acciones necesarias para conseguirlo. Algunas funciones ejecutivas son la inhibición, la memoria de trabajo, la regulación emocional, el control del tiempo, etc. Se inicia en la infancia y, según señalan estudios como el de Artigas-Pallarés (2013), suele estar ligado a otros procesos comorbidos: el síndrome de Tourette, el trastorno obsesivo-compulsivo, trastornos generalizados del desarrollo (espectro autista o síndrome de Asperger), trastornos del aprendizaje (discalculia, disgrafía o dislexia), trastornos de la conducta, ansiedad, depresión, etc.

El origen del TDAH se explica teniendo en cuenta tanto factores genéticos como ambientales, aunque los primeros se consideran mucho más influyentes en su desarrollo (Ramos-Quiroga, Chalita, Vidal, Bosch, Palomar, Prats, Casas, 2012). Su prevalencia está entre el 3 y el 7 % de los escolares en educación primaria. De ellos, casi un 80% lo conservarán durante la adolescencia y entre un 30-65% de los pacientes lo mantendrán en la edad adulta (Biederman, Faraone, Taylor, Sienna, Williamson, Fine, 1998).

Los síntomas nucleares del TDAH son:
  • Hiperactividad: se manifiesta como un exceso de movimiento en situaciones que requieren de autocontrol. Esta inquietud motora hace que quienes la padecen tengan tendencia a hablar en exceso, hacer ruido o interrumpir, teniendo además problemas para relajarse o para acabar sus tareas debido a la falta de constancia.
  • Déficit de atención: hace referencia a las dificultades para mantener la atención durante un periodo de tiempo en las tareas académicas, familiares, o sociales. También se determina por no prestar atención en los detalles o por los problemas para seguir órdenes y normas debido a que se distraen con facilidad ante estímulos irrelevantes. Además, no son capaces de terminar las tareas que requieran un nivel de atención sostenido y pierden u olvidan objetos.
  • Impulsividad: no ser capaz de pensar las cosas antes de actuar. Se caracteriza por la impaciencia, la incapacidad para esperar su turno o el dar respuestas prepotentes y precipitadas.
Las distintas presentaciones clínicas del TDAH dependerán del grado en que se manifiestan cada uno de los síntomas. El procedimiento para mejorar los síntomas de este trastorno debe consistir en un tratamiento multimodal que combine fármacos con terapias psicológicas y psicoeducativas. Debe ser individualizado, es decir, atendiendo a las características concretas de cada caso ya que no existe una cura universal que se pueda aplicar de manera general. No obstante, existen pautas generales que podemos seguir los docentes para reducir el impacto del TDAH en el aula. 



Un docente que trabaje con alumnado con TDAH debe sentir la necesidad de profundizar en el conocimiento del trastorno. Entender el problema le ayudará a ser consciente de que su papel de educador influye directamente, no sólo en el aprendizaje del alumno, sino también en su estado emocional. Aunque la conducta disruptiva suele ser una de las características de este alumnado, podemos recurrir a estrategias basadas en el refuerzo positivo, la economía de fichas, etc., que fortalezcan un buen clima de trabajo.¡No nos rindamos nunca!

Referencias

American Psychiatric Association.  Diagnostic and statistical manual of mental disorders. 4 ed. revised. Washington, DC: American Psychiatric Association; 2000.

Artigas-Pallarés, J. (2003). Comorbilidad en el trastorno por déficit de atención/hiperactividad. Rev Neurol36, S68-78.

Biederman J, Faraone S, Taylor A, Sienna M, Williamson S, Fine C. (1998). Diagnostic continuity between child and adolescent ADHD: findings from a longitudinal clinical sample. J Am Acad Child Adolesc Psychiatry, 37(3), 305-313.

Ramos-Quiroga J.A, Chalita P.J., Vidal R., Bosch R., Palomar G., Prats L., Casas M. (2012). Diagnóstico y tratamiento del trastorno por déficit de atención/hiperactividad en adultos. Revista de Neurología, 54 (1), 105-115.



jueves, 24 de enero de 2019

TAREAS 1 Y 2 DE LA SEGUNDA UNIDAD DEL SPOOC "ENSEÑANZA Y EVALUACIÓN DE LA COMPETENCIA MATEMÁTICA Y DE LA COMPETENCIA BÁSICA EN CIENCIA Y TECNOLOGÍA"


S+T+E+M en el aula
La Unidad 2 del SPOOC “Enseñanza y evaluación de la competencia matemática y de la competencia básica en ciencia y tecnología” del INTEF se denomina “S+T+E+M en el aula”. A lo largo de esta Unidad se analiza la competencia STEM en el programa curricular de la educación en España. La conclusión es que, pese a que la competencia matemática y competencia básica en ciencia y tecnología es una de las competencias clave que todo estudiante debe alcanzar tras su etapa académica para conseguir un pleno desarrollo personal, social y profesional, en realidad el término STEM no aparece explícito. Por otro lado, muchas de las prácticas educativas que intentan integrar las cuatro áreas de las que se compone la competencia STEM (Ciencias, Matemáticas, Ingeniería y Tecnología) no logran trabajarlas en la misma profundidad. Esto parece lógico si tenemos en cuenta que tanto la Ingeniería como la Tecnología requieren de la utilización de conocimientos científicos y matemáticos para propósitos eminentemente prácticos, para lo que es fundamental una buena base teórica de las mismas. Sin embargo, en mi opinión las buenas prácticas en el aula para una educación STEM, además de fundamentarse en actividades holísticas, deben potenciar la contextualización de lo aprendido. ¿Cuántas veces hemos escuchado a alguno de nuestros alumnos preguntarnos para qué o por qué razón deben estudiar algo? Tal vez sea hora dejar que ese estudiante y tantos otros con su misma inquietud se respondan a sí mismos a través de la resolución de problemas ambientados en lo cotidiano que les brinden la oportunidad de descubrir el gran abanico de posibilidades que existe.
La Tarea 1 de la Unidad nos pide que examinemos las fortalezas y debilidades de la propuesta de “Coalición para la Educación STEM” de Estados Unidos si la tuviésemos que poner en marcha en España. Esta iniciativa plantea una serie de principios políticos en relación con la educación que mejorarían la integración de la competencia STEM en el alumnado de primaria y secundaria. Aunque en España existen profesionales docentes que están tratando de cambiar el sistema y mejorarlo con creatividad, esfuerzo, emprendimiento e innovación, la aplicación en nuestro país de los principios de la “Coalición para la Educación STEM” presenta ciertas dificultades, principalmente porque no acabamos de comprender la estrecha vinculación que existe entre la economía, los puestos de trabajo y las competencias STEM.


La Tarea número 2 del curso conlleva localizar algún recurso que promueva el logro de las competencias STEM. En mi búsqueda me he percatado de que la mayoría de las webs en las que se pueden encontrar este tipo de recursos están en inglés. Una de las más destacadas es la de Master´s in data science, que nos ofrece una guía con 239 enlaces a sitios y aplicaciones para estudiantes de educación infantil, primaria y secundaria en los que poder comprobar y analizar algunas iniciativas STEM, públicas y privadas, en Estados Unidos.
También quiero hacer mención a la página creada por Iván Fernando González llamada Salsa de ciencia y que recopila noticias, experiencias e ideas útiles tanto para el profesorado como para estudiantes y familias. 

La siguiente publicación me llevará a analizar las habilidades y/o conocimientos que caracterizan al alumn@ STEM: solucionar problemas, innovar, inventar, autosuficiencia, pensamiento lógico y cultura tecnológica. ¿Quién no querría para sí mismo todas esas capacidades?

Referencias
http://www.stemedcoalition.org/wp-content/uploads/2010/05/One-pager-on-STEM-Ed-Coalition.pdf